La acidificación y el calentamiento del agua se deben a las emisiones de dióxido de carbono procedentes de las actividades humanas

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25 Junio 2017
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Las temperaturas en el noroeste del Mediterráneo están aumentando mucho más deprisa que la media global, amenazando la supervivencia de varias especies, según informan investigadores franceses.  El mejillón del Mediterráneo, popular en los restaurantes, podría desaparecer en 2100

Las lecturas de la temperatura del agua semanales que han medido investigadores del laboratorio de ocenografía Villefranche-sur-Mer han revelado que las temperaturas de la superficie del agua aumentaron 0,7º entre 2007 y 2015. 

 

Los investigadores, que creen que sus hallazgos se aplican a un área en la que se incluyen España, Francia e Italia, también dicen en una nota que resume el estudio que la acidez del agua ha aumentado en casi un 7 por ciento. 

“La acidificación y el calentamiento del agua se deben a las emisiones de dióxido de carbono procedentes de las actividades humanas,” dice el investigador francés Jean-Pierre Gattuso. 

Añade que los océanos absorben en torno a un cuarto de las emisiones de dióxido antropogénico, haciendo el agua marina más ácida. 

Gatusso señala que el plancton tiende a migrar hacia el norte con el fin de mantener una temperatura óptima, pero que en el Mediterráneo no es posible ya que es un mar que está conectado al Océano Atlántico por su única vía que es el Estrecho de Gibraltar. 

“Es un callejón sin salida, por lo que las especies podrían desaparecer,” dice Gatusso, quien señala que supone una amenaza particular para la Posidonia oceánica, que produce oxígeno y es un importante hábitat para los peces y otras especies. 

Dice que al mismo tiempo, se han estando viendo más meros y barracudas en la medida en que el Mediterraneo se parece cada vez más a un mar tropical.  

Gatusso señala que en las próximas décadas la acidificación podría convertirse en un problema para organismos marinos con esqueleto o concha de calcio, como las ostras, los moluscos, caracoles y corales.

El mejillón del Mediterráneo, popular en los restaurantes, podría desaparecer en 2100.