Un tardígrado microscópico, también conocido como oso de agua, puede reproducirse incluso después de permanecer congelado durante más de 30 años, revelaron hoy científicos japoneses.

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Especiales 15 Enero 2016
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Dicho hallazgo, según ellos, ayudará a resolver los misterios en torno a las habilidades de algunos microorganismos para soportar condiciones extremas durante períodos prolongados.

"Queremos desentrañar el mecanismo para la supervivencia a largo plazo mirando el daño en el ADN de los tardígrados y su capacidad para repararlo", afirmó Megumu Tsujimoto, investigador del Instituto Nacional para la Investigación Polar (INIP) que desarrolla el estudio.

En noviembre de 1983 el INIP recogió a esos microorganismos dentro de musgo conservado a temperaturas de menos 20 grados cerca de su estación Syowa, en la Antártida.

Tras descongelar esa muestra en mayo de 2014y echarle agua, dos especimenes de aproximadamente 0,3 milímetros de longitud comenzaron a moverse.

Uno murió a las tres semanas, pero el otro comenzó la reproducción tres días más tarde y de forma intermitente puso un total de 19 huevos, 14 de los cuales eclosionaron.

De ese modo, los investigadores no solo confirmaron que los tardígrados hembras pueden reproducirse por sí solas, sino que dicha especie ese endémica de la Antártida al observar su descendencia.

El experimento estableció, además, un nuevo récord, pues el registro más largo de supervivencia para un organismo animal en condiciones similares era de nueve años, lo que erige a estas criaturas entre las más resistentes del planeta.