Aunque estamos en el verano austral, nadar en aguas de la Antártida es un desafío enorme, algo que hizo el especialista en resistencia y activista británico Lewis Pugh para pedir protección de los mares.

Información
Gente 22 Diciembre 2016
social youtube xornalgalicia   feed-image

En realidad, Pugh hizo el trayecto en las heladas aguas para demandar un plan de protección oceánica en el que se declaren dos nuevas áreas marinas protegidas en la zona, en su calidad de Promotor de los Océanos de las Naciones Unidas.

Consideró que Chile debería encabezar las iniciativas para que la zona, que tendría una extensión de alrededor de siete millones de kilómetros cuadrados, aproximadamente, sea convertida en área marítima protegida.

Una idea con la cual comulga el ministro chileno de Relaciones Exteriores, Heraldo Muñoz, quien destaca entre los impulsores en el mundo de la preservación de los océanos.

Según un comunicado de prensa, Pugh hizo la travesía en las cercanías de la isla Media Luna, en el mar de Bellingshausen, con una temperatura de cero grados Celsius en el agua.

'El nado fue muy duro. Recientemente tuve una operación en mi espalda y mi potencia no es la misma. Pero estas travesías me ayudan a mostrar al mundo lo valiosas que son estas últimas áreas salvajes de la Antártica', comentó.

A sus 45 años de edad, el activista debió recuperarse de la hipotermia que sufrió durante la travesía, que cumplió en 17 minutos y 30 segundos.

Su objetivo principal fue exigir la declaración de ese paraje antártico y del Mar de Weddel, como área marítima protegida, algo que ya obtuvo en octubre último el Mar de Ross.

Es el momento de aprovechar nuestro éxito reciente en el Mar de Ross. Con el apoyo público creo que podemos lograr el plan de protección de los océanos más ambicioso de la historia, señaló en el enclave cubierto de témpanos multiformes.

Pugh apuntó que la campaña Antártica 2020 tendrá, junto con el apoyo de Naciones Unidas, el respaldo de líderes mundiales, científicos, ambientalistas, políticos y activistas por la paz.

La protección de estos océanos los hace más resistentes al cambio climático y les permite ayudar a otros océanos a recuperarse de la sobreexplotación pesquera. El tiempo es esencial, matizó el nadador británico.