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Categoría: Litoral

EL PASEO MARITIMO DEL PUERTO SUPONE UNA NUEVA HERIDA AL MUELLE EMBARCADERO DE MINERALES DE RIO TINTO.

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Litoral 23 Junio 2016
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20160617 112430Con objeto de minimizar daños, Mesa de la Ría pregunta al Alcalde sobre las gestiones realizadas para el “concurso de ideas” para la reconstrucción del muelle embarcadero de minerales de la Compañía Rio Tinto, en el que se incluía expresamente la ordenación de sus zonas aledañas.

En el Pleno de febrero se aprobó por unanimidad la moción de Mesa de la Ría con la que se pretende la integración del monumento y su entorno en el paisaje natural, así como la conexión urbano del muelle portuario de Levante con el nuevo paseo marítimo que sirva de hito para el inicio de la integración Puerto-Ciudad.

Han pasado 4 meses y las obras del paseo marítimo del Puerto avanzan hacia el muelle Bien de Interés Cultural mostrando las carencias de un proyecto licitado años atrás, al margen de la participación ciudadana, de los representantes la ciudad y de sus técnicos.

La culminación de la obra demuestra que dicho proyecto no resuelve el encuentro urbano del paseo marítimo con el BIC Muelle Embarcadero de Minerales, ni con el muelle de Levante, ni el encuentro viario en la zona que se mutiló al monumento en los años 60. 

El proyecto que se licitó inicialmente como un contenedor de dragados que fue denunciado por Mesa de la Ría por su previsible afección ambiental, paisajística y cultural, ha supuesto otras pérdidas irreparables, también denunciadas, como el enterramiento de la histórica rampa de granito, que no se quiso integrar en el proyecto, donde las barcas de vela latina descargaban el pescado en la antigua barriada de Pescadería o el enterrado de la zona de marisma desde la pleamar hasta la bajamar.

La finalización de las obras demuestra la embergadura del problema denunciado por Mesa de la Ría, la proyección de un duro muro cantil de hormigón elevado que también transita bruscamente a una escollera de roca anexa al Monumento que tampoco respeta el paisaje natural y cultural del entorno de protección del BIC, en un espacio en el que coexisten, escolleras, tuberías de desagües, barandillas que incumplen normas de seguridad y pérgolas que interfieren en la visualización del monumento, habiéndose perdido para siempre la imagen tradicional de postal marinera sobre el reflejo de la bajamar en la marisma y sus barcas varadas.

 

Así pues, a la herida abierta que dividió el monumento en los años 60 se suma una nueva provocada por un proyecto que licitado sin concurso de ideas, sin participación ciudadana y sin la necesaria colaboración del Puerto-Ciudad, no consigue la integración y puesta en valor del monumento más singular de Huelva.