La Xunta de Galicia no ha difundido ayer ningún aviso a la población durante este episodio de muy elevada contaminación por ozono del que la OMS estima en 1.800 los fallecimientos prematuros anuales

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Playas 18 Julio 2016
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Durante el domingo se han registrado ocho
superaciones del umbral de información a la población, sin el preceptivo aviso
de la Administración a la población más sensible


Con la ola de
calor que viene sufriendo la mayor parte del país en los últimos días, el
intenso tráfico motorizado que soportan las principales ciudades y
carreteras gallegas y el incremento del consumo de electricidad producida en
centrales térmicas de carbón por el uso de aire acondicionado, han provocado que
se disparen los niveles de ozono, sin que se estén adoptando las
medidas legalmente previstas para proteger a la población.

Ayer domingo se produjeron en las Rías Bajas ocho
superaciones del umbral de información de ozono troposférico, establecido por la
normativa en 180 microgramos de ozono por metro cúbico de aire, como media
horaria. Siete de estas superaciones se han producido en la estación de control
de la contaminación de Noia y la octava en la estación móvil de la Xunta en la
Isla de Arosa. La máxima contaminación se ha registrado en la estación de
control de Noia, donde a las seis de la tarde se alcanzó un nivel de ozono de
228 microgramos por metro cúbico.

Ambas estaciones son representativas de la calidad del
aire de las zonas Franxa Fisterra-Santiago y Sur das Rías Baixas, entre las
provincias de A Coruña y Pontevedra, con una población de 700.000 habitantes y
donde durante el día de ayer decenas de miles de personas disfrutaban de un día
de playa desarrollando actividades de riesgo al aire libre que han puesto en
peligro su salud. La estación de Noia es gestionada directamente por el
Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente
(MAGRAMA).

La previsión de la
superación del umbral de información obliga a las autoridades competentes a
advertir a las personas más sensibles a la contaminación atmosférica, tales como
niños y niñas, personas mayores, mujeres gestantes o personas
con problemas respiratorios o cardiovasculares, de que se protejan evitando en
las horas centrales del día y a la caída de la tarde cualquier esfuerzo físico
y los ejercicios al aire libre. También deben informar sobre la previsión
de evolución de la contaminación, las áreas afectadas y la duración del
episodio.

No obstante, ni la Xunta
de Galicia ni el MAGRAMA han difundido ayer ningún aviso a la población durante
este episodio de muy elevada contaminación por ozono, incumpliendo su obligación
legal y dejando desasistidos a los 700.000 habitantes y las decenas de miles de
visitantes de las dos zonas afectadas. Se trata de una grave negligencia de los
Gobiernos autonómico y central, que deberían estar coordinados ante estas
situaciones de emergencia.

Ante la
persistencia de los elevados niveles de ozono durante al menos hoy lunes,
de acuerdo a las previsiones de la Agencia Estatal de Meteorología y la Xunta
de Galicia, Ecologistas en Acción demanda la adopción de las medidas necesarias
de urgencia para evitar volver a alcanzar el umbral de información por
ozono. Medidas que deben pasar por la limitación del tráfico urbano e
interurbano y del funcionamiento de las centrales térmicas gallegas, principales
emisores de los contaminantes precursores del ozono.

Asimismo, exigen a las administraciones autonómica y
central que cumplan con su obligación de mantener informada a la población,
garantizando el derecho a la salud pública.

El ozono troposférico, también conocido como
ozono “malo" por contraposición al de la estratosfera, es un contaminante
secundario producido por la reacción entre la luz solar y el dióxido de
nitrógeno y los hidrocarburos emitidos por los automóviles y
algunas industrias.

Por inhalación,
provoca irritación de los ojos y vías respiratorias superiores, un incremento
del riesgo de enfermedades respiratorias agudas y reducción de la función
pulmonar, así como el agravamiento de patologías
cardiovasculares.

La OMS estima en
1.800 los fallecimientos prematuros anuales en España producidos como
consecuencia de la exposición a niveles de ozono como los registrados
estos días. El ozono, además de para las personas, es también tóxico para
la vegetación, dañando los bosques y reduciendo la productividad de los
cultivos.