Hoy hace 11 años en diciembre de 2004, el tsunami del Océano Índico se cobró la vida de más de 200 000 personas

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22 Diciembre 2015
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1tsunami del Océano ÍndicoOnce años después de que el peor desastre natural que se recuerda en el mundo azotase las costas del sur y sudeste de Asia, los países de la región están mejor preparados para hacer frente a tragedias como el tsunami del Océano Índico, pero todavía hay margen de mejora, afirmó hoy la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).

El 22 de diciembre de 2004, el tsunami se cobró la vida de más de 200 000 personas y destrozó los medios de subsistencia de alrededor de 1,4 millones de sobrevivientes, al dañar o destruir campos, estanques de peces, barcos, artes de pesca y ganado de los que dependían en su totalidad los sistemas de producción alimentaria.

En muchos casos, enteras comunidades pesqueras fueron destruidas –al igual que la agricultura costera- cuando las poderosas olas del tsunami aplastaron barcos de pesca e incluso arrojaron grandes buques arrastreros al interior, para dejarles donde una vez pastaban los animales y donde se cultivaban arroz y hortalizas .

"Una década más tarde, mientras que los eventos que conmemoran el aniversario del tsunami recuerdan la tragedia humana, la FAO examina las lecciones aprendidas en la mitigación de daños a los medios de vida agrícolas, la seguridad alimentaria y la nutrición provocados por este tipo de eventos naturales y climáticos", señaló Hiroyuki Konuma, Director General Adjunto de la FAO y Representante regional para Asia y el Pacífico.

"Lo que nosotros y nuestros países miembros –añadió- hemos aprendido y lo que vemos realizado, es impresionante, pero todavía hay mucho que se puede y se debe hacer para prevenir y mitigar los desastres".

La región de Asia y el Pacífico, la más vulnerable a los desastres naturales y climáticos

tsunami del Océano Índico

Durante el período de diez años entre 2003 y 2013, unos 200 millones de personas en Asia y el Pacífico se vieron afectados cada año por desastres naturales que van desde el tsunami de 2004 a ciclones, inundaciones y tifones. En aproximadamente el mismo período (2001-2010), el costo de estos desastres para la región tuvo un promedio de 34 000 millones de dólares EEUU al año.

Mientras que algunos de los países miembros más afectados por el tsunami del Océano Índico están ahora mejor preparados ante los desastres y en mejor posición para responder, un reciente taller patrocinado por la FAO con los miembros de la Asociación de naciones del Sudeste asiático (ASEAN) puso de relieve las acciones adicionales que se necesitan para aumentar aún más la resiliencia ante los desastres .

El taller concluyó que los efectos del rápido crecimiento demográfico y la urbanización, junto con una base de recursos naturales erosionada y el cambio climático, implican que los eventos provocados por el clima plantean el mayor riesgo para la región de la ASEAN.

Entre sus recomendaciones, el taller realizó un llamamiento para una mayor participación de todos los sectores afectados: agricultura, ganadería, pesca, acuicultura y silvicultura -sectores productivos especialmente críticos en las que el progreso debe ser firme- en la construcción de procesos de políticas nacionales y regionales proactivos para la reducción y gestión de los riesgos de desastre. También se señaló que es necesario un claro compromiso financiero para promover el desarrollo de capacidad en los organismos competentes de los distintos sectores.

Una prioridad debe ser mejorar el desglose de datos sobre los sectores y medios de vida afectados y mejores evaluaciones y monitoreo de riesgos. El taller también instó a los países a ir más allá de los peligros naturales al abordar la exposición al riesgo y la vulnerabilidad de los agricultores, pescadores y las comunidades dependientes de los bosques, y considerar otras amenazas como la degradación de los ecosistemas marinos y del medio ambiente. Se requiere transferir el conocimiento y la tecnología sobre la reducción del riesgo a nivel local para empoderar a las personas más vulnerables y en mayor riesgo.

Muchas lecciones aprendidas

Antes del tsunami, las actuaciones de los países eran más reactivas que proactivas, enfocadas en el ahorro de vidas humanas y luego en la recuperación. Desde entonces, se ha producido un cambio de paradigma hacia dar igual importancia a la reducción anticipada del riesgo de peligros múltiples y la prevención y mitigación de desastres naturales

Los sistemas de alerta temprana ante desastres y las rutas de evacuación para tsunamis bien señaladas existen ahora en algunos países, como Tailandia, que, después del tsunami, estableció el Departamento Nacional de Prevención y Mitigación de Desastres.

"Está claro que muchos países de la región están ahora mejor preparados para reducir los riesgos y mitigar los daños de desastres naturales como tsunamis y tifones y proteger sus sistemas agrícolas y alimentarios", explicó Konuma. "El ejemplo más reciente es el tifón Hagupit, que azotó Filipinas a principios de este mes, donde los primeros avisos de las autoridades a agricultores y pescadores para tomar acciones preventivas contribuyeron a asegurar que el daño haya sido mucho menos grave que un año antes, cuando el tifón Haiyan arrasó el centro del país".

Otros países en la región de la ASEAN han tomado medidas sobre reducción y mitigación del riesgo de desastres. En la capital camboyana, Phnom Penh, se han construido diques de protección contra las crecidas y existe un sistema nacional de alerta temprana para inundaciones. En 2010, el Primer Ministro de la República Democrática Popular Lao emitió un Decreto sobre la Estrategia Nacional de Cambio Climático. En Viet Nam, ha sido aprobada una ley de Prevención y Control de Desastres Naturales y en 2007 se desarrolló una estrategia nacional para la prevención, respuesta y mitigación de desastres naturales.

Respuestas de la FAO

Al igual que otras organizaciones, la FAO no tardó en responder a las necesidades de los países afectados tras el tsunami de 2004. Gracias a la generosa contribución de sus socios, la FAO puso en marcha un amplio programa de respuesta de emergencia y recuperación para apoyar a los gobiernos de Indonesia, Sri Lanka, Tailandia, Maldivas, Myanmar, Seychelles y Somalia.

La experiencia técnica de la FAO se centró en la protección, restauración y mejora de los medios de subsistencia agrícolas y pesqueros de las comunidades costeras afectadas. Este apoyo estuvo dirigido principalmente a remplazar los activos perdidos y, al mismo tiempo, promover el uso racional de los recursos naturales, ayudando a evitar la restauración de la capacidad de pesca excesiva antes del tsunami en Aceh (Indonesia) y en Sri Lanka, y con ello un mayor agotamiento de las poblaciones de peces.

En las Maldivas, la FAO trabajó con las autoridades locales para ayudar a los isleños a recuperar los suelos contaminados con agua salada, que mató a muchos árboles frutales. Aunque estaban todavía disponibles peces y cocos, esta pérdida de fruta suponía una grave amenaza para la nutrición.

La FAO, junto con sus socios, ayudó a los pescadores y los agricultores a reconstruir sus medios de vida para hacerlos mejor que antes, fortaleciendo a la vez su resiliencia y las economías locales.{jcomments on}