La iniciativa presentada por Estados Unidos considera el secuestro de embarcaciones en las aguas del país del Cuerno de África una amenaza para la paz y la seguridad internacionales.
De acuerdo con el Consejo, la piratería agrava la inestabilidad de Somalia, a partir de la introducción de grandes cantidades de dinero efectivo ilícito, que alimentan la actividad delictiva y la corrupción.
En su resolución, el órgano de 15 miembros -presidido este mes por Senegal- aboga por el apoyo de la comunidad internacional a la lucha contra el fenómeno y el ataque a sus causas raigales.
Pequeñas embarcaciones con hombres armados se han convertido en un azote en el Golfo de Adén, donde secuestran buques y a sus tripulaciones para exigir rescates.
Sin embargo, con frecuencia se ignora que muchos de esos piratas fueron pescadores, motivados a entrar en el mundo del delito por la pobreza extrema, la desesperanza imperante en Somalia y el saqueo de sus recursos marinos por empresas occidentales.
Según el Consejo de Seguridad, la responsabilidad primordial del combate a la piratería recae en las autoridades locales