Como ya he comentado en otras ocasiones la realidad asociativa de los marinos mercantes sobrevive en condiciones muy precarias en Catalunya. Ni sindicatos, ni colegios profesionales , ni agrupaciones de capitanes o maquinistas, han sido capaces de adaptarse a los nuevos tiempos para convertirse en organizaciones sociales que trabajen con eficiencia en la defensa de los intereses laborales y profesionales de sus asociados.
Una prueba de lo que afirmo la tenemos en la Asociación Catalana de Capitanes de la Marina Mercante. El pasado mes de octubre se realizaron elecciones a la Junta que arrojó el siguiente resultado: Agustín Montori, presidente; Antonio Benedicto, vicepresidente primero; Amadeu Outerio, vicepresidente segundo; Juan Zamora, secretario; Javier del Portillo, vicesecretario; Carlos Salleras, tesorero; y los vocales Fernando Blasco, Joan Colldecarrera, Juan Manuel Cortada, Joan Guitart, Joaquín Marías, José Antonio Ollés, Vicente Pérez Molias y Enrique Sáez. La candidatura, la única presentada, releva a la anterior Junta de Gobierno presidida por Mariano Badell. El capitán Badell, un profesional de prestigio reconocido, aludió razones laborales para no presentarse a la reelección.
Los hechos son evidentes: no hay renovación generacional en la "nueva Junta": la media de edad supera, sin duda, los 60 años. Y la Asociación de Capitanes queda en manos de los dos dueños (Montori, presidente y Zamora, secretario) de la gacetilla digital "Naucherglobal" una publicación que ha demostrado sobradamente estar al servicio de la actual Dirección General de la Marina Mercante y de los intereses empresariales más reaccionarios del sector.
Para simular actividad -en una clara maniobra Juan Palomo-, la "nueva Junta" de la Asociación de Capitanes ha creado una web en la que se pueden leer las mismas noticias que se publican en Naucherglobal y poca cosa más. En fin, hay elementos suficientes para afirmar que la Asociación de Capitanes ha sido victima de un golpe de mano para someterla al servicio de la patronal y del gobierno del PP, malbaratando lo que quedaba de su prestigio
