Denuncian el exterminio de la sardina para las futuras generaciones debido a la sobrepesca

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Portada 22 Enero 2017
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Los conservacionistas temen que las sardinas corran el peligro de desaparecer del planeta.

La sobrepesca frente a la costa africana está llevando a la sardina de Madeira y a muchas otras especies de peces a la extinción, advierte la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UCIN).

 

La organización ha publicado un informe en el que advierte de una inminente catástrofe para la especie así como de una potencial crisis en la seguridad alimentaria para hasta 400 millones de personas que dependen de ella como alimento básico en su dieta a lo largo de la costa occidental de África.

Son una de las aguas más ricas del mundo. En sus manglares, lagunas, estuarios y litorales costeros vive una inmensa diversidad de peces. Estas aguas proporcionan, además, alimento y sustento a millones de personas, promoviendo las economías locales.

Los científicos, que han evaluado el estado de conservación de 1.288 especies de peces óseos en un momento en que la sobrepesca, la contaminación, la destrucción del hábitat y el cambio climático suponen inquietantes amenazas, han revelado preocupantes descubrimientos.

El estudio revelan que 37 de las especies evaluadas están amenazadas de extinción y otras 14 están casi amenazas en las aguas que van desde el sur de Mauritania a Angola.

Casi el 80 por ciento de las especies que están desapareciendo son capturadas comercialmente o en pesquerías de pequeña escala, proporcionando alimento básico para la población costera.

Entre las especies destacadas en el informe se incluye el machuelo o alacha de Madeira (Sardinella maderensis), ahora clasificada de vulnerable, una de las tres especies de sardina cuya población se considera sobrepescada en la región.

Las sardinas han desarrollado una creciente reputación de superalimento, rico en ácidos grasos omega-3 y vitaminas, calcio y proteína.

Las capturas de alacha de Madeira (Sardinella maderensis) empezaron a descender hace una década, principalmente debido a la activa industria pesquera comercial europea.

La población de corvina casava (Pseudotolithus senegalensis) ha descendido en hasta un 60 por ciento durante la última década y ahora está clasificada como amenazada de extinción, de nuevo debido a la sobrepesca. Los pescadores de subsistencia podrían verse afectados gravemente si la población de la especie sigue descendiendo.

Otra gran preocupación que se destaca en el estudio es el limitado alcance de la vigilancia pesquera y del cumplimiento de la ley en aguas africanas, lo que permite tanto la pesca ilegal como la sobrepesca.

Las capturas ilegales suponen más del 40 por ciento del total en muchos países estudiados, señala el informe.

El director general de la UICN Inger Anderson advierte de las amenazas humanitarias que supone la sobrepesca.

"La creciente extinción que amenaza a los peces frente a las costas central y occidental de África podrían socavar gravemente la seguridad alimentaria en toda la región, afectando al progreso de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), además, por supuesto, de socavar el SDG14 de la vida marina.

"El pescado proporciona una importante fuente de proteína animal para las comunidades costeras, que suponen cerca del 40 por ciento de la población de esta región.

"En una parte del mundo donde la reducción de la pobreza sigue siendo un desafío, preservar la rica diversidad de las especies de peces ayudará a salvaguardar los sustentos de vida de las comunidades locales."

Debido a la limitada capacidad económica y técnica, se identifican incorrectamente aquellas especies de peces que necesitan protección y medidas de conservación, exponiéndolas a un mayor riesgo de desaparecer para siempre.

Beth Polidoro, co-coordinador de la Lista Roja de peces marinos de la UICN, decía: "Este informe destaca la necesidad de mejorar el conocimiento y monitorizar la biodiversidad marina en la región.

"Muchas naciones todavía no tienen áreas costeras protegidas para salvaguardar los recursos marinos, mientras que muchas de las actuales áreas protegidas necesitan una capacidad, fondos, infraestructura y gobernanza mayor para una aplicación de la ley y conservación efectivas".