La Autoridad Para el Manejo Sustentable de la Cuenca del Lago de Amatitlán y la Procuraduría de los Derechos Humanos buscan hoy revertir la contaminación de esa reserva de agua, una de las más importantes de Guatemala

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America 02 Junio 2016
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Para lograr ese propósito será preciso garantizar plantas de tratamiento de aguas residuales, un manejo más efectivo y eficaz de desechos sólidos, y frenar la extracción de minerales en el área, concuerdan delegados de esas dependencias.

La preocupaciones en torno al lago situado al sur de la capital y a unos mil 186 metros sobre el nivel del mar iniciaron hace varios años, luego que científicos aseguraran que en poco menos de tres décadas este podría convertirse en un pantano.

Ese depósito natural de agua dulce poseía 33 metros de profundidad y ahora tiene unos 17, porque cada año pierde más o menos uno debido al ingreso constante de millones de toneladas de sedimentos y basura.

La mayoría de esos contaminantes provienen del río Villalobos, que discurre por el departamento de Guatemala y dentro del área urbana de la capital del país.

También impactan de manera negativa sobre el lago los resultados de la producción industrial, los residuos sólidos, líquidos y de aguas excedentes domésticas, que según estimados constituyen el 86 por ciento del líquido superficial que ingresa en el reservorio.