Microalgas marinas contienen compuestos prometedores que impiden la metástasis en el cáncer de próstata según una investigación de la USC.

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Reportajes 22 Septiembre 2015
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algasUn equipo de investigación del Departamento de Farmacología de la Universidad de Santiago de Compostela (USC) (España), en la Facultad de Medicina, trabaja en el descubrimiento de nuevos fármacos para combatir distintos tipos de cáncer. Colaboran con otros grupos en el diseño de moléculas de antitumorales que actúan frente a puntos vulnerables del cáncer y también aíslan sustancias con potencial terapéutico procedentes de la naturaleza, sobre todo en las microalgas marinas y en vegetales.

El lanzamiento de un nuevo fármaco al mercado es un proceso largo y costoso, que se prolonga entre 10 y 15 años. La primera fase se centra en el descubrimiento de nuevas moléculas con actividad terapéutica, ya sea en fuentes naturales o por medio de la síntesis química en el laboratorio. El conocimiento de las bases moleculares de las enfermedades, gracias en gran medida a los avances en la genética, ha propiciado que se desarrollen fármacos para dianas específicas. El equipo de la USC prueba sobre esas dianas moléculas sintetizadas por otros investigadores de la propia Universidad de Santiago y de otros grupos nacionales e internacionales.

El coordinador del equipo es el catedrático de Farmacología Manuel Freire-Garabal. Explica que, aunque existe una tendencia generalizada hacia la obtención de nuevos fármacos mediante síntesis química, todavía una buena parte de los que se usan en Medicina, como analgésicos o antitumorales, proceden del medio natural, en su mayoría de las plantas. Sin embargo, indica que la enorme riqueza de moléculas con potencial terapéutico que guardan los fondos marinos está todavía por descubrir. “Apenas se conoce un 10%” -asegura-. En esta línea, señala que muchas de las especies marinas no se han estudiado lo suficiente, como ocurre con las microalgas.

El equipo de la USC se centra en el desarrollo preclínico de medicamentos, probando si ciertas moléculas funcionan en modelos de enfermedad en el laboratorio. En el caso del cáncer, el National Institute of Cancer norteamericano propone una colección de 60 líneas celulares representativas de los 9 tipos de cánceres más frecuentes, que proceden de pacientes y que se cultivan en el laboratorio. Esta colección, a la que se suman otras líneas celulares específicas de interés para este grupo, les permite predecir efectos de nuevos fármacos sobre los tipos de cáncer con mayor incidencia en España, que son los de colon, pulmón, mama y próstata.

Los investigadores prueban sobre las células cancerosas las nuevas moléculas y estudian si tienen eficacia antitumoral y si son seguras. Comprueban si matan o disminuyen el crecimiento de las células malignas y si impiden la aparición de metástasis. “El fármaco será más útil cuanto más selectivo sea, es decir, cuando ataca a las células enfermas sin afectar a las sanas. Con esto se intenta evitar la aparición de los efectos secundarios (alopecia, anemia, fragilidad en la piel o en las mucosas…) que tienen los quimioterápicos más antiguos” -apunta el profesor-.

“Un hecho importante es que antes sólo se daba prioridad a destruir el tumor primitivo pero hoy en día conocemos que las metástasis, es decir, cuando las células enfermas pasan a los vasos sanguíneos y linfáticos y llegan a otros órganos, son la causa principal de la mortalidad en el cáncer y, por este motivo, se buscan y diseñan nuevos fármacos antimetastáticos” -explica Freire-Garabal-.

Estudios estadísticos reflejan que sobre el 80% de los pacientes que mueren por cáncer de próstata tienen metástasis ósea. Los investigadores de la Universidad de Santiago hallaron una microalga cuyos compuestos impiden las metástasis en este tipo de cáncer.

El cáncer hace que las células se organicen para formar nuevos vasos sanguíneos. Los compuestos descubiertos en microalgas marinas por el equipo de la USC también consiguen inhibir la formación de los vasos sanguíneos conforme crece el cáncer de próstata, de modo que el tumor se desarrolla con más dificultad, al carecer de los nutrientes y factores de crecimiento que le aporta la sangre. El siguiente paso será conocer cuál o cuáles son las moléculas responsables de ello; en estos momentos está en fase de prueba una posible candidata. Asimismo, el equipo ha logrado resultados muy positivos para el cáncer de mama a través de estos compuestos, y probarán sus efectos en cáncer de colon y luego en el de pulmón.

Además del descubrimiento de nuevos fármacos frente a dianas concretas, también existen sustancias naturales que contribuyen a incrementar el potencial de los fármacos actuales. Se trata de moléculas presentes en los alimentos que ayudan a que los antitumorales sean más eficaces para los pacientes.

En esta línea, el equipo de la Universidad de Santiago está probando en cáncer de próstata y de mama moléculas procedentes de subproductos de las variedades gallegas de uva (pepitas, hollejos, raspones), de verduras (grelos, nabicoles…) y de oliva aislados por investigadores del CSIC en Galicia. Han detectado que tienen efectos antitumorales, en algunos casos incluso más potentes que los fármacos que se están utilizando en la actualidad y, al mismo tiempo, han comprobado que no son tóxicos para el organismo.{jcomments on}