Los diques gavionados reducen el riesgo de avalanchas e inundaciones en la Sierra de Ávila, según la tesis doctoral de la profesora de la UCAV Virginia Díaz

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Reportajes 23 Junio 2015
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La profesora de la Universidad Católica de Ávila (UCAV) Virginia Díaz ha obtenido la calificación de  Sobresaliente Cum Laude por la tesis doctoral titulada “Control de la erosión ejercido por los diques forestales de la restauración hidrológico-forestal de Tórtoles (Ávila)”. La tesis ha sido dirigida por Joaquín Navarro y el profesor de la UCAV Jorge Mongil.

Ávila, 22 de junio de 2015.La profesora de la Universidad Católica de Ávila (UCAV) Virginia Díaz ha obtenido la calificación de  Sobresaliente Cum Laude por la tesis doctoral titulada “Control de la erosión ejercido por los diques forestales de la restauración hidrológico-forestal de Tórtoles (Ávila)”. La tesis ha sido dirigida por Joaquín Navarro y el profesor de la UCAV Jorge Mongil.

En este trabajo de tesis doctoral se ha estudiado la efectividad de unas estructuras llamadas diques de gaviones, que se construyen transversalmente al cauce con el fin de retener el suelo y los sedimentos o partículas de suelo erosionado. Los diques de gaviones están compuestos por una serie de jaulas de alambre de acero rellenas de piedra, apiladas unas encima de otras como si se tratase de una fábrica de ladrillos, hasta conseguir una estructura escalonada como la de la imagen 1.

El estudio se ha desarrollado en el municipio abulense de Tórtoles, situado a 60 km de distancia de la capital, en la falda de la Sierra de Ávila y en pleno Valle del río Corneja. Desde el siglo XIV, zonas próximas al actual municipio de Tórtoles sufrían procesos de erosión debido a roturaciones que fomentaban la escorrentía, perdiéndose cada año grandes cantidades de suelo en forma de sedimentos, lo cuales, en épocas de grandes lluvias causaban avalanchas de tierra y fango y acarreos, lo cual suponía una situación de gran peligrosidad para las poblaciones afectadas. El paisaje se mostraba como laderas acarcavadas, debido a esas grandes pérdidas de suelo (véase la imagen de 1964). Además, estos sedimentos terminaban aterrando el embalse de Santa Teresa y por tanto disminuyendo su capacidad de almacenamiento, cuyas aguas se destinan a diversas actividades: producción de energía eléctrica, suministro de agua, riego, y actividades industriales, pesqueras y de recreo.

Debido a los graves riesgos y procesos erosivos que sufría la zona, la Confederación Hidrográfica del Duero llevó a cabo un proyecto de restauración hidrológico-forestal, redactado en 1964 por el ingeniero de montes David Azcarretazábal Mantecón, que supuso la repoblación de más de 400 ha de cuencas de pequeños torrentes y arroyos tributarios del río Corneja, y la construcción de 123 diques gavionados.

Esta tesis doctoral, en la que se ha desarrollado una nueva metodología de detalle para medir la erosión retenida por estas estructuras, basada en trabajo topográfico y cálculos analíticos, ha puesto de manifiesto, medio siglo después, la gran importancia de estas actuaciones, y en concreto el efecto  tan positivo de los diques gavionados en el control y retención de sedimentos, y consecuentemente en la reducción del riesgo de avalanchas e inundaciones que sufría la zona, produciendo además beneficiosos cambios geomorfológicos gracias a la reducción de pendiente que provocan, que consigue una estabilización de las laderas vertientes y la formación de una superficie útil podría ser empleada para su plantación, superficie que se había perdido debido a la formación de cárcavas y barrancos.