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Se estima que la sal causa 2,5 millones de muertes, evitables, cada año, de acuerdo con cifras de la Organización Mundial de la Salud.

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Reportajes 15 Marzo 2018
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La sal puede ser algo bueno o muy dañino para la salud, según la cantidad que se consuma, o el uso que se haga de este compuesto sódico, que por exceso causa hoy hipertensión en Cuba y en todo el mundo.

 

Este producto de las minas, los lagos salados o el mar se ha utilizado durante siglos como desinfectante de heridas y alimentos y para preservar las carnes crudas en zonas cubanas y de otros muchos países donde otrora no había electricidad, a la vez que resulta indispensable para dar el sabor exacto a las comidas, y en tal sentido, es algo bueno.

Pero el consumo excesivo trae problemas, y en el caso de los cubanos, que gustan de comer con sal y grasa de más, este mal hábito figura entre las causas de hipertensión con los consiguientes infartos de miocardio y accidentes cerebrovasculares, que están hoy entre las principales causas de mortalidad.

De ahí la Semana de sensibilización sobre el consumo de sal, que se celebra cada año a nivel internacional para promover la disminución del consumo de sodio, y que en esta ocasión se está celebrando del 12 al 18 de marzo.

La jornada se propone alertar sobre los daños del empleo exagerado de este producto en los alimentos, el cual está relacionado con cifras crecientes de hipertensión y dolencias asociadas en la isla antillana, y que a nivel mundial se estima que causa 2,5 millones de muertes, evitables, cada año, de acuerdo con cifras de la Organización Mundial de la Salud.

Para los cubanos, en los días especiales no puede faltar el cerdo asado salpicado de sal cruda, ensaladas de vegetales también saladas y con aceite, así como viandas fritas, o hervidas, y aliñadas con grasa de cerdo, naranja agria... y más sal.

Es decir, que en esas jornadas festivas la salud se estremece, y no es por desconocimiento, sino por malos hábitos alimentarios, que sumados al estrés, al sedentarismo, al tabaco y al alcohol, terminan dañando a las personas.

Si se controla el exceso de sal y grasas en las comidas, y se consumen más frutas y vegetales, el paciente puede espaciar sus episodios de hipertensión y evitar males más graves, y sobre ello alertan campañas televisivas y radiales de las autoridades de salud en la mayor de las Antillas.

También aconsejan evitar la obesidad, las disputas, la música estridente, el exceso de café y el consumo de tabaco y alcohol, así como dormir las horas necesarias, realizar ejercicio físico y caminar al aire libre, ya que el contacto con la naturaleza ayuda a liberar el estrés, otra causa de enfermedades cardíacas y cerebrovasculares.

Esas recomendaciones médicas pueden ayudar a estimular la circulación sanguínea al ritmo adecuado, con el consiguiente aporte de oxígeno y nutrientes a todos los órganos del cuerpo, para su mejor funcionamiento y una presión arterial correcta.

Los cubanos lo saben, pero a veces lo olvidan, y beben demasiado café, fuman, algunos beben en demasía y otros comen con demasiada sal, con lo cual están exponiendo su salud.

"Estoy salado", suele decir el cubano cuando se siente fracasado en algún propósito, o le ha ocurrido una desgracia, es decir, que entiende que la sal en demasía no es algo bueno, pero aun así la consume, incluso para "darle sabor" a frutas como la naranja o la guayaba verde, que no requieren de ese "acompañamiento".

En la ínsula, a las personas indiferentes y carentes de gracia las llaman insípidas, es decir, desaboridas. Si son ásperas, les dicen desabridas, lo cual tiene que ver con la falta de sal, y por el contrario, saleroso es alguien con gracia, ingenio, buen porte y desenvoltura. Cuando un niño o niña es muy perspicaz, en el oriente de la isla los llaman salpicones o sazones.

Cuando alguien es muy risueño, los cubanos suelen citar al poeta indio Rabindranath Tagore, quien escribió que la risa es la sal de la vida, y dicen que generalmente los hombres risueños son sanos de corazón, pues para los habitantes de la isla, una carcajada es algo saludable, que ayuda a desintoxicar mente y cuerpo.

En los remedios caseros del país caribeño también está presente la sal, como una pizca del producto bajo la lengua para nivelar la presión arterial baja, o sobre una herida, para desinfectarla, en las gárgaras contra el dolor de garganta y para alejar las ranas y otros animales de las viviendas de los campesinos.

De ese modo, la sal, que también le dio nombre al dinero que ganamos por trabajar (salario), forma parte de la cultura de Cuba, su habla popular, las comidas, la medicina tradicional y el consumo de algunas frutas, porque el sodio es bueno; lo malo es su consumo excesivo.