Según manifestaron los autores en un trabajo divulgado en la revista Geology, la conservación en Ya Ha Tinda Ranch cerca del Parque Nacional de Banff, en el suroeste de Alberta, incluye partes blandas del cuerpo, además de conchas y huesos.

La presencia de tejidos blandos fosilizados es especialmente importante porque ofrece una visión más completa de la vida en los antiguos ecosistemas, dijo la líder del estudio, Rowan Martindale, de la Universidad de Texas en Austin.

Asimismo, añadió, puede ayudar a llenar las lagunas en el conocimiento que conecta a los organismos extintos con los que viven hoy.

Al decir de la también paleontóloga, en un depósito fósil normal, sólo se conserva una fracción de los organismos que estaban vivos en el pasado.

Por lo tanto, cuando se obtiene uno de carácter extraordinario con tejidos blandos preservados desde hace unos 183 millones de años, se ve significativamente más de la comunidad que estuvo viva, argumentó.

Normalmente, no encontraríamos muchos de los animales porque carecen de un esqueleto o tienen un esqueleto muy débil, reflexionó Martindale.

El primer resto fósil descubierto en la exploración fue el de una langosta, y le siguieron los de peces con escamas y agallas, reptiles marinos grandes como el ictiosaurio, así como animales relacionados con el moderno calamar vampiro y el pulpo (vampiropodos).

Para los expertos, por la presencia de muchos ejemplares bien conservados y de cuerpo blando el nuevo sitio es considerado un Konservat-LagerstÃñtte, denominado así a los que preservan una variedad de organismos con esas características.

Esta es la primera vez que tenemos un sitio como este fuera de Europa, por lo que la comunidad Ya Ha Tinda fosilizada nos dará una instantánea única de la vida en el Océano Panthalassa Jurásico Temprano, concluyó la autora principal de la pesquisa.